Luego de los 6 meses de lactancia exclusiva y cuando comienza la alimentación complementaria, es muy importante ir incorporando de a poco todos los alimentos. Y ahí comienza, para muchos padres, el gran dolor de cabeza.
Los niños vienen “de fábrica” con un rechazo manifiesto a las verduras y frutas.
¿Por qué? Porque nuestro cerebro es el resultado de la evolución de miles de años, y aún conserva los mecanismos de defensa, para protegerse de los sabores amargos, típicos de venenos y toxinas de las plantas. De fábrica tenemos desarrolladas las papilas gustativas dulces en la punta de la lengua (la leche materna es muy dulce) y en el fondo de la lengua los amargos (justo antes de que siga su curso hacia el aparato digestivo).
Ahora, la buena noticia es: gracias a la “plasticidad neuronal”: se puede revertir, porque tenemos la capacidad de cambiar a través de la experiencia.
La Neofobia o rechazo a todo alimento nuevo. Es muy común y para que el niño venza el rechazo inicial, hay que presentarle el alimento 14 veces. De esta manera el “cerebro” comprueba que no es tóxico y aprende a comerlo.
¿Qué hacemos?
Los primeros 3 años son importantísimos para adquirir hábitos, para aprender a comer de todo. Se forman los circuitos de gratificación y recompensa, que forman nuestra futura conducta. Después, sólo superamos algo que no nos gusta, si es más fuerte, la necesidad de pertenecer. Ejemplo: cuando va a la casa de un amiguito y come aquello que nunca comió.
Tips:
- Nuestros hijos nos ven. Si yo no lo como, es muy difícil lograr que ellos lo hagan. A partir del año sentarse a la mesa y comer saludable, excepto frituras, picantes, grasas, exceso de panificados
- Ofrecer de a un color a la vez . al menos hasta que se acostumbre
- Probar una verdura o fruta una vez por semana
- Probar 14 veces antes de desistir. No necesariamente en el plato del niño, puede estar en la mesa, en el plato de los hermanitos, etc. Y presentado en diferentes formas
- Sumar el alimento nuevo a lo que le gusta, mezclarlo y de a poco, llevar a que lo consuma sin el “ agregado”
- Estimular los sentidos vista, gusto, tacto, olfato
- A veces una pizca de azúcar, los convence, hasta retirarla del todo
- Que toque la comida
- Evitar la TV, hacer contacto visual, hablarle mientras comen
- Si se corta chiquita, seguramente lo acepte más
- A partir del año, los niños además de vernos a nosotros, ven lo que comen los primitos, la TV, las publicidades, etc
- Insistir, tener paciencia, pero no presionar. Después de los 3 años, que siempre vean, verduras y frutas, que estén en la mesa , SI NO LO VES, NO LO COMES. Luego tratar de que las prueben
- Evitar quitarlo del plato si lo rechazan o reemplazar por otra comida. Y evitar que la comida sea un campo de batalla
- No premiar con dulces. “Si comés el brócoli, te doy postre”. Cambiemos por si comés la tarta de verduras, podés salir a jugar
- Cuando son grandecitos, pedirles ayuda para cocinar, para hacer las compras (hacer que elijan algo y que luego lo prueben) así se familiarizan con preparaciones
- Cuando son un poco más grandes y ya se mal acostumbraron a las golosinas, se pueden armar pinchos intercalando frutas y gomitas, o frutas con una cobertura de chocolate, o helado con frutas
- Invita a sus amigos y preparen licuados o panqueques con banana y dulce de leche
- Aprovechar si tienen abuelos o familiares que cocinan muy rico, que sean ellos los que ofrezcan algún plato con verduras o frutas. Porque queda en el registro de la memoria afectiva