27 de agosto de 2017

Nuevos hallazgos que hacen tambalear un paradigma: no toda la grasa corporal es mala!


Combatir la grasa corporal es una batalla que se está perdiendo a nivel mundial, ya que la obesidad es una pandemia que no distingue raza, religión ni continente. El aumento de la grasa blanca a niveles importantes trae efectos metabólicos muy poco saludables como ser obesidad, diabetes tipo 2, y otras enfermedades cardiometabólicas.

Pero nuevas investigaciones dieron cuenta que en las personas adultas se continúa conservando un tipo de grasa: grasa parda que durante la infancia tiene la función de proteger a los niños del frío. Esta grasa se creía que desaparecía en la edad adulta. Estudios demostraron que sigue presente en los adultos en pequeñas cantidades y que estimula el gasto calórico.

Además de la grasa parda, recientemente se ha descubierto una grasa llamada grasa beige y que son células de grasa blanca que gracias a la acción de una hormona llamada irisina, adquieren propiedades características de la grasa parada como quemar calorías. Si bien tienen menor capacidad de combustionar exceso de calorías que las pardas, investigar cómo poder activar el pasaje de grasa blanca a beige sería quizá una solución excelente para prevenir obesidad, diabetes e insulino resistencia entre otras enfermedades.

Si bien aún no están aclarados suficientemente los mecanismos para aumentar el pasaje de grasa blanca a beige, les acercamos algunas recomendaciones de estudios científicos:

  • Hacer ejercicio: es clave para bajar de peso. Además del mayor gasto calórico, la actividad física aumenta los niveles de irisina
  • Comer frutas con ácido ursólico en su piel: manzanas, peras, arándanos y ciruelas , ya que investigaciones de la Universidad de Iowa ha demostrado en animales que esta sustancia afecta positivamente a la creación de grasas marrones
  • Comer lo suficiente: aunque parezca una obviedad tanto el comer de más como el comer menos es perjudicial. El Phd Xiaoyong Yang en la Universidad de Yale encontró que nuestro cerebro influye en la producción de un tipo de grasa u otra. En animales obesos el cerebro perdió la noción de hambre y aunque haya comido lo suficiente, querrá comer más. Esto genera aumento de grasa blanca. En caso de alimentos escasos (como ocurre en planes alimentarios de muy bajas calorías) el cerebro dirige los nutrientes hacia los órganos que necesiten energía para su funcionamiento y por lo tanto no se formarán células marrones ni beige. Con la alimentación correcta, se pueden formar las células marrones
  • Descansar lo necesario: para que se secrete la melatonina en forma correcta, ya que esta hormona tiene influencia positiva en la generación de esta grasa.

Los avances científicos muestran que hay varias posibilidades para abordar la obesidad, diabetes y otras enfermedades metabólicas. Quizá en un futuro no tan lejano estas patologías puedan estar tan controladas que no sean ya motivo de preocupación mundial.

Lic Perla Manera Lic Alejandra Volpatti